El Nacimiento en Belén
Texto: Lc:2,1-7
"En aquella época apareció un decreto del emperador Augusto, ordenando que se realizara un censo en todo el mundo. Este primer censo tuvo lugar cuando Quirino gobernaba la Siria. Y cada uno iba a inscribirse a su ciudad de origen.
José, que pertenecía a la familia de David, salió de Nazaret, ciudad de Galilea, y se dirigió a Belén de Judea, la ciudad de David, para inscribirse con María, su esposa, que estaba embarazada.
Mientras se encontraban en Belén, le llegó el tiempo de ser madre; y María dio a luz a su Hijo primogénito, lo envolvió en pañales y lo acostó en un pesebre, porque no había lugar para ellos en el albergue."
Comentario:
- El censo ordenado por César Augusto obliga a José "de la casa y familia de David" y a María a dirigirse a la ciudad de David llamada Belén.
- Las circunstancias en que se realizan el viaje y el parto, nos presentan una situación de austeridad y pobreza que permiten vislumbrar algunas características fundamentales del reino mesiánico: un reino sin honores ni poderes terrenos, que pertenece a Aquel que dirá de sí mismo: "El Hijo del hombre no tiene donde reclinar la cabeza".
- La descripción del acontecimiento del parto, presenta a María participando intensamente en lo que se realiza en ella. La acción de la Virgen es el resultado de su plena disponibilidad a cooperar en el Plan de Dios.
- La Sagrada Familia vive la experiencia del parto en una situación de suma pobreza; María debe acostar a Jesús en un pesebre; una cuna que contrasta con la dignidad del Hijo de Dios.
- El Evangelio indica que "no había sitio para ellos en el albergue"; así Jesús es "rechazado por los suyos" y "recibido por los pastores" a quienes Dios eligió para ser los primeros destinatarios de la buena nueva del Nacimiento del Salvador.
- En el Divino Redentor, contemplado en la pobreza de la cueva de Belén, se puede descubrir una invitación a acercarse con confianza a Aquel que es la Esperanza de la humanidad.